📅 Publicado el 1 de mayo de 2025
✍️ Por Zaida Gilaberte
“Ya no hago dieta. Me elijo”
Nutrición consciente para florecer desde el amor
Si has llegado hasta aquí, probablemente ya leíste el post anterior.
Quizá resonaste con ese 95% de dietas que fracasan.
Y quizá sentiste el alivio de descubrir que el problema nunca fuiste tú.
Y si no lo leíste aún, te invito a hacerlo.
Porque comprender por qué no funciona algo es el primer paso para abrir espacio al cómo sí.
🌿 Nutrir no es restringir. Es reconciliar.
Nuestro cuerpo es un jardín sagrado.
Y durante mucho tiempo lo hemos tratado como si fuera un campo de batalla… o, peor aún, como un vertedero de basura emocional y física.
Lo castigamos, le exigimos, lo desconectamos de nuestra voz interior.
Y luego esperamos que florezca.
Nutrirse conscientemente también implica conocer cómo funciona nuestro cuerpo, comprender sus procesos, y prestar atención a la calidad nutricional de los alimentos que ELEGIMOS.
Porque sí: elegir desde la presencia, y no desde el castigo, es lo que hace que los cambios sean reales y sostenibles en el tiempo.
Una manzana no es un castigo. Es el fruto de un árbol que ha sido nutrido con amor desde sus raíces, regado con la lluvia de la constancia, y bañado por el sol con calidez y energía para que tú hoy tengas entre tus manos el regalo vivo que la Madre Tierra te ofrece con amor.
Agradecer lo que comemos es una forma sutil y poderosa de devolver esa energía en forma de vibración.
Comer con conciencia es una danza entre tu cuerpo y la vida misma. Es responder al amor… comiéndolo.
✨ 3 claves para elegir nutrirte con amor, no desde la culpa
1. Escucha tu cuerpo como quien escucha a una criatura sagrada.
No todos los hambres son físicos.
Hay hambre de contacto.
Hambre de descanso.
Hambre de expresión.
Y también, hambre del alma.
Esa que aparece cuando falta sentido,
cuando no hay alegría, cuando nos desconectamos de lo que nos da vida.
Nutrirse conscientemente es hacer una pausa y preguntarte:
¿Qué necesito realmente?
No se trata de contar calorías.
Se trata de contar contigo.
2. Elige con presencia. Mastica con gratitud.
Comer puede ser un acto automático…
o un acto sagrado.
Respira antes de comer.
Mira tu plato. Agradécelo.
Tu digestión comienza en los ojos y en el corazón.
Y sí, incluso si es una tostada.
La perfección no nutre.
La presencia sí.
3. Honra tu historia alimentaria sin quedarte en ella.
Much@s de nuestros hábitos vienen de la infancia,
de lealtades familiares,
de patrones no cuestionados.
Comemos como aprendimos a sobrevivir.
No como aprendimos a amarnos.
Hoy, puedes elegir algo distinto.
Sin culpa.
Sin presión.
Solo con amor, luz y gratitud.
📚 Evidencia científica que florece contigo
- Harvard Health Publishing (2023): la práctica de “mindful eating” mejora la digestión, reduce la ansiedad relacionada con la comida y promueve la pérdida de peso sostenida sin dietas.
- American Psychological Association (2022): el 80% de las personas que hacen dietas recuperan el peso en menos de dos años. La restricción extrema está asociada a mayor ansiedad, desregulación hormonal y compulsión.
- Stanford Medicine (2021): la microbiota intestinal influye en el estado de ánimo, la elección de alimentos y la gestión del estrés. Una alimentación consciente y variada mejora la salud mental y emocional.
- NIH y UCLA (2020): el cerebro emocional participa en el 90% de nuestras elecciones alimentarias. La reprogramación del diálogo interno mejora la relación con la comida y reduce los atracones.
📖 Cuento sufi: El derviche y el cuenco
Un día, un joven le pidió a su maestro derviche que le enseñara a nutrirse con conciencia.
El maestro le dio un cuenco vacío y le dijo:
— Llénalo con lo que más necesites.
El joven puso arroz.
Luego fruta.
Luego dulces.
Luego más arroz.
Y el cuenco se desbordó.
El maestro lo miró y le dijo:
— El cuerpo es como este cuenco.
Si no lo vacías primero de lo que crees que necesitas…
nunca sabrás lo que en verdad te nutre.
Y ese día, el joven aprendió a elegir desde la escucha.
🎁 Mini ejercicio de nutrición consciente
Regalo para ti, si has llegado hasta aquí.
Antes de tu próxima comida…
- Siéntate sin prisa.
- Coloca la mano sobre el abdomen. Respira hondo tres veces.
- Pregúntate: ¿Qué emoción siento ahora?
- Agradece por el alimento. Visualiza cómo nutre tu cuerpo como si fueran semillas.
- Mastica con ritmo. Siente el sabor. Escucha tu saciedad.
No se trata de hacerlo perfect@.
Se trata de hacerlo con amor.
🌸 Y ahora… ¿qué quieres sembrar?
Recuerda:
No tienes que hacer dieta.
Puedes hacerte caso.
No tienes que castigarte.
Puedes elegirte.
Y si te acompañas de alguien que te respete,
tu jardín florecerá más pronto de lo que crees.
🤲 Charlamos después de un último abrazo de luz
Si este post te ha resonado, te ha inspirado o te ha hecho sonreír,
me encantará saberlo.
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Con amor, luz y gratitud,
Zaida
